jueves, 5 de enero de 2012

Ahmadineyad en Guatemala


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Todo parece indicar que a la extrema derecha guatemalteca se le está saliendo el cangrejo de la olla (o no van a poder controlar a un político con personalidad). Lo anterior tiene que ver con la visita o la invitación extendida al presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, para que asista a la toma de posesión del presidente electo Otto Pérez Molina. La noticia sorprendió a muchos.  Pocos, o casi nadie, esperaba que esa movida -que parece políticamente muy acertada- surgiera por iniciativa del equipo del nuevo gobierno que está por ser juramentado para dirigir el destino de Guatemala por los próximos cuatro años. La noticia, como era de esperarse, cayó como balde de agua fría sobre aquellos sectores oscurantistas y retrógrados que no aceptan cambio alguno al estatus quo que siempre les ha favorecido. Prensa Libre como miembro y fiel representante de los intereses de la cavernícola oligarquía guatemalteca, no se dilató y disparó un descalificador como infundado ataque en contra de la supuesta presencia de Ahmadineyad  en Guatemala. Prensa Libre en su editorial, no solo la emprendió en contra del presidente de Irán sino que calificó la acción del gobierno entrante como, el primer error del nuevo gobierno, pues según este medio desinformativo, la presencia del demonizado Ahmadineyad no sería bien vista por el “gran benefactor” del norte, ya que tanto  el presidente iraní, así como también Hugo Chávez  y Daniel Ortega; son una amenaza para la paz global ( la de los Estados Unidos y sus aliados), quienes se están constituyendo en un auténtico “eje del mal.”  Hasta ahora Ahmadiyedad no ha atacado ni le ha hecho daño a ningún país, al contrario, es Irán el que está siendo sometido a un brutal bloqueo económico, guerra encubierta, espionaje aéreo, ataques cibernéticos, asesinatos selectivos  y secuestros de científicos por parte de los Estados Unidos, Inglaterra e Israel. Hugo Chávez y Daniel Ortega han llegado y se mantienen en el poder por medio del voto popular (las denuncias de fraude son el sobado argumento de las oligarquías). Los antidemocráticos son otros, aquellos que en flagrante violación a las normas del derecho internacional, brutalmente coartan el derecho a la autodeterminación de los pueblos, como en Iraq, Afganistán, Paquistán, Libia, Siria, Somalia, Palestina  y en su momento Guatemala, cuando en 1954 los Estados Unidos planificaron, organizaron y ejecutaron la destrucción de la democracia guatemalteca.

La decisión  tomada por el equipo de gobierno del general Otto Pérez Molina (que ojalá ellos lo hayan hecho) debe apreciarse  de forma realista y no ser tergiversada como lo hace la “prostiprensa,” (Prensa Libre) con el objetivo de desinformar y manipular al pueblo de Guatemala. El presidente electo como un político capaz está consciente del reacomodo de fuerzas que se están dando en el escenario internacional, sabe que es necesario encauzar al país por un sendero diferente, cooperando con los diferentes actores sociales e internacionales, pero sin someterse a los condicionamientos antojadizos de éstos. Sabe que Guatemala no puede quedarse al margen de este reajuste de fuerzas. Mucho de los países de Latino América ya han empezado a caminar por esa ruta y Guatemala tiene que integrarse completamente, de lo contrario no habrá manera de salir del abismo en que se encuentra el país y seguiremos como siempre sometidos a los intereses oligárquicos internacionales y nacionales que poco les importa la democratización y el bienestar de Guatemala. Es una realidad irrefutable que los inversionistas occidentales son terriblemente mezquinos y en la búsqueda de la alta rentabilidad atropellan todo. Deben buscarse y construirse nuevas relaciones económicas y políticas internacionales. No se trata de pelearse con los Estados Unidos, se trata de que nos respeten.

Es tiempo que la prensa guatemalteca actué con honestidad -que sean profesionales, ya que un título universitario no basta para ser profesional- y asuman su verdadero papel de informar y educar a la gente, que ayuden a crear los espacios necesarios para la democratización del país, que actúen con rectitud, lealtad y amor a la patria y no le pongan obstáculos al cangrejo que quiere salirse de la olla. Marvin Najarro

A continuacion el profesor Luciano Castro Barillas, ofrece un cáustico comentario a cerca de las inexactitudes, falta de profesionalismo y ética de la corrompida prensa guatemalteca.   




AL PERIODISMO BASURA GUATEMALTECO LE CRISPA LOS
NERVIOS LA PROBABLE VISITA AL PAÍS DEL PRESIDENTE
IRANÍ MAHMUD AHMADINEYAD


Por Luciano Castro Barillas



No podía ser de otra manera. ¿Qué puede esperarse de la gran mayoría de periodistas nacionales, principalmente los que medran en los “grandes” medios de comunicación guatemaltecos? ¿Qué puede hallarse en ese nido de oligarcas retrógrados que invierten en un medio de comunicación, sencillamente, porque resulta un buen negocio y no porque importe la difusión y la defensa de la verdad, en primer lugar? No se puede apelar a su dignidad o a su compostura profesional, pues es algo insólito encontrar en su controvertida naturaleza ese componente tan escaso en el mundo actual. No se puede ser “moderado” con semejantes planteamientos periodísticos, altamente desorientadores, cuando en la página editorial de Prensa Libre (edición impresa y digital del 3 de enero de 2012) dirigida o escrita por el periodista Miguel Angel Méndez Zetina se opina de la manera más servil y sin balance emocional. Ignoro quién sea ese atrabiliario sujeto, pero intuyo que no es buena cosa. Pero sí es claro, patente, evidente y asqueroso con quién trata de quedar bien.

Veamos lo que destaca en su página editorial (página 14, recuadro izquierdo): El título del editorial dice lo siguiente: Primer error del nuevo gobierno. Se refiere al gobierno que tomará posesión el 14 de enero de 2012 encabezado por el general Otto Pérez Molina. El asunto es el siguiente: El país islámico de Irán tiene relaciones diplomáticas con Guatemala desde 1993 y, si relaciones diplomáticas se entienden por la relación de amistad y cooperación en Estados y sus pueblos, ¿qué de malo o yerro tiene el que se invite a un presidente de un país distante, que ningún mal nos ha hecho?, que tiene además suficiente riqueza (dólares) para invertir en un país como Guatemala creando fuentes de trabajo y no necesariamente promoviendo subversión terrorista, como posiblemente bulle en el interior del cochambroso cerebro del periodista Méndez Zetina y sus amos del norte. Ya vemos a la nación islámica realizando una labor fecunda en el campo económico, social, tecnológico y cultural en Venezuela, Ecuador, Bolivia y otros países de América del Sur. ¿O acaso cree el periodista en mención que las quebradas economías europeas o norteamericana están en condiciones de invertir grandemente en nuestro país? Están por salvarse ellos, no a nosotros. Y se necesita de escaso discernimiento y si de mucha elucubración encefálica, calenturienta,  para no darse cuenta de la tendencia objetiva de la realidad del mundo actual. Guatemala necesita apoyos y la república islámica  (con toda lo que le disguste al señor Méndez Zetina) no necesita de naciones mendicantes como Guatemala un voto en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y por ello está interesado el presidente iraní de quedar bien con su visita. Ya sabemos el papel y la naturaleza de ese órgano de las Naciones Unidas. En su interior se hace lo que dice Estados Unidos, no venga señor periodista, a decir las cosas como no son. Estar Guatemala en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas no será  un honor sino la enésima comprobación  -ya lo verá-  de su sometimiento al poder imperial. Defiendo, sí, una posición digna, en defensa de la soberanía; que escuché y ví del general Otto Pérez Molina en el noticiero Guatevisión, propiedad por cierto del mismo periódico, la noche del 3 de enero de 2012.  Dijo, ante las explicaciones pedidas por los Estados Unidos (asunto que habría qué averiguar si es cierto o es invento de la prensa amarillista guatemalteca para crear presión el nuevo gobierno y condicionarlo) y los periodistas nacionales lo siguiente: “Creo que habrá visitas no acostumbradas durante mi gobierno”. Con un lenguaje diplomático de gran fineza y carácter  -que aquí le sentó muy bien-  fijó no otra cosa, que se precisa entender: la defensa de la soberanía nacional.

Guatemala no tiene por qué sudar calenturas ajenas. Si Estados Unidos está en términos de franca hostilidad hacia Irán, este es asunto del gobierno estadounidense. Cada pueblo edifica y dirige su destino como mejor le parece. Se autodetermina. Y la valoración de dictadores que hace el periodista Méndez Zetina a algunos gobernantes latinoamericanos, no es necesariamente lo que piensan sus electores. Leamos una de sus barrabasadas: (…) el presidente de Irán, quien ha visitado Venezuela y Nicaragua, dos países ahora presididos por los antidemocráticos Hugo Chávez y Daniel Ortega, aceptó venir a Guatemala por el obvio motivo de congraciarse de alguna manera con un país que, precisamente ayer, comenzó su período de dos años como integrante del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas, organismo cuyas resoluciones no son recomendaciones sino órdenes que los Estados miembros deben acatar.

Y más adelante su asqueante servilismo  y controvertida manera de pensar o escribir (cálamo currente, tal vez, por amanecer con resaca de Año Nuevo) deja muy de lado su opinión editorial, altamente ideologizada (aunque los neoliberales dicen que ya no existen las ideologías!) y carente de algo esencial: un mínimo esfuerzo de objetividad, cuando agrega: (…) ciertamente, Guatemala, debe abrirse paso por medio de la ampliación del número de países con los que tiene relaciones. Pero ese criterio válido no se justifica con la invitación a Mahmud Ahmadineyad, debido a las lógicas y esperadas reacciones de desagrado de algunos países amigos, las que con seguridad no serán hechas públicas.

Tontuelo o pícaro, éste, pues. Desde el momento en que los Estados Unidos piden explicaciones es porque están enfadados. Las explicaciones no son felicitaciones. En fin, queridos lectores de La Cuna del Sol, vean ustedes la clase de periodistas sin ecuanimidad que tenemos en Guatemala. Y eso que el editorialista escribe en el medio de más “prestigio” de nuestro país o el de mayor  tirada, que sería lo correcto decir. No defendemos a Pérez Molina, ni tampoco somos sus aliados políticos, ni queremos ser tomados en cuenta. Pero si se invitó a Ahmadineyad, nada hay de malo. Solo digo que los oligarcas de este país quieren que se haga lo que ellos dicen y ya empezaron a poner a Pérez Molina contra las cuerdas. Por eso cae mal la falta de investidura profesional de ese tipo de periodistas: por manipuladores y francos enemigos de la amplitud, de la democracia. Ahmadineyad no es controvertido, como afirma Méndez Zetina. Ahmadineyad es coherente, consecuente con lo que dice y hace. Lógico. El enrevesado es el periodista.






Publicado por: Marvin Najarro
Ct., USA.

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1 comentario:

Anónimo dijo...

Este es un mensaje para Tavito. Por casualidad me di cuenta de que usted esta en contacto con mi hermana Tavo. Soy Antonio. Quiza no me recuerde pero yo lo conoci aunque muy a la ligera en Jutiapa. Mis respetos.