miércoles, 11 de enero de 2012

Sociedad robótica


En su discurso sobre el estado de la nación el 28 de enero del 2011, Obama, refiriéndose a la pérdida de la hegemonía tecnológica de los Estados Unidos propuso como solución desarrollar algo similar al proyecto Nueva Frontera del presidente J.F. Kennedy, puesto en marcha después del lanzamiento el 4 de octubre de 1957 del satélite Sputnik, que la Unión Soviética por primer vez en la historia ponía en órbita espacial. Ese histórico evento que causó pánico y muchas carreras a muchos de los miembros del “stablishment” norteamericano, trajo como resultado la carrera o competencia espacial (por parte de Estados Unidos) que culminó con la misión tripulada del Apolo 11 a la luna en 1969. Este hecho de gran significación histórica y científico-técnica desató toda una época de innovación tecnológica que lógicamente ha contribuido a acrecentar el dominio hegemónico estadounidense sobre casi todo el planeta. Aparte de todos los beneficios de esos avances tecnológicos en los diferentes campos del quehacer humano y del cual unos nos hemos beneficiado más que otros, pues todavía existen vastos sectores de la población mundial que todavía no tienen acceso a los beneficios de esos grandes avances técnicos y, al contrario como en el caso de Afganistán, Paquistán y Somalia; han sufrido las consecuencias mortales de los mismos; materializados en aviones robots controlados a miles de kms. de distancia, han sido testigos de primera mano de las “bondades” del imperialismo norteamericano y de la OTAN. Por otra parte y como producto de tanta innovación tecnológica la sociedad norteamericana se ha convertido prácticamente en una sociedad robotizada, inhibida para actuar libremente, urgida y altamente dependiente de tantos artefactos y conexiones, que irónicamente la han convertido en una sociedad desconectada de la realidad. Se vive una cotidianidad, día a día,  tecnológicamente manipulada por el sector más poderoso, al grado que la mayoría de la población termina aceptando la versión de las cosas o verdad orweliana que el Estado como garante de los intereses del gran capital propaga incesantemente. Wall Street haciendo uso de los más avanzados programas computarizados llevó a cabo el más grande fraude financiero en la historia moderna o postmoderna de los EE.UU. Los políticos, todos convenientemente programados para mentir, hicieron creer al altamente tecnificado público que era necesario salvar a los  causantes de tan descomunal crimen. Obama, como todo un robot al servicio de los “masters of the universe” en Wall Street, constantemente repetía la urgente necesidad de salvar  a los grandes bancos pues eran demasiado grandes para permitirles fallar. El resultado: cientos de billones de dólares extraídos del bolsillo de los contribuyentes para salvar de la quiebra a los causantes del desatre. Obama, en efecto, ha demostrado ser un "socialista", ha distribuido la riqueza, dándoles a los millonarios banqueros lo que tanto sacrificio le ha costado al pueblo.  Hoy en día y con tanta innovación tecnológica al servicio del apetito consumista de la población norteamericana, pocos o casi nadie se interesa  en saber o de informarse convenientemente a cerca de las atrocidades que las intervenciones imperialistas  estadounidenses están causando en varios países del mundo. Los iphones, ipods, latops, tablets, videojuegos de guerra, hacen que esta luzca muy distante y con poco impacto emocional sobre las vidas de muchos que, efectivamente, ven y sienten la guerra como un entretenimiento a lo Hollywood. Tantos avances tecnológicos han terminado por robarle la consciencia crítica a buen número de norteamericanos. Son los amos del universo y del complejo militar industrial quienes tienen el control de la masa robotizada. En un futuro no muy lejano, probablemente veremos a un candidato para presidente, no de carne y hueso, sino de las más avanzadas fibras sintéticas y cargado de programas que ojalá no sean diseñados por los que han contribuido a robarle el alma a ese pueblo. Marvin Najarro


A continuación el profesor y periodista Luciano Castro Barrillas comenta sobre una de las más recientes y como siempre lucidas reflexiones del octogenario líder de la Revolución  Cubana, Fidel Castro.





UN ROBOT PARA PRESIDENTE DE ESTADOS UNIDOS:
FIDEL CASTRO DIXIT


Por Luciano Castro Barillas


             
Lo dice Fidel y, como la broma es bastante seria, no puedo menos que comentarla en este espacio de opinión, habida cuenta que mientras en los Estados Unidos persistan en la vida social de esa gran nación ese tipo de politiqueros o “clase” política indiferenciada -pues son lo mismo demócratas y republicanos- las condiciones de vida y las libertades políticas, tan conculcadas pero tan ignoradas mediáticamente; van derrumbándose una a una ante la realidad de algo que no se nombra, tal cual se debiera: Estados Unidos dejó de ser una democracia burguesa, liberal; y se ha transformado por la acción de la permisividad y el descuido de sus gobernantes en los últimos años en una dictadura desembozada, descarada e inoperante que tiene como únicos recursos en su relación con sus propios ciudadanos y los del resto del mundo la opresión, el abuso y la mentira. Por ello Fidel ha dicho que es bastante probable que el (…) 90% de los norteamericanos votarían por un robot, si se presentara su candidatura en las elecciones presidenciales. El robot sería el mejor presidente para los Estados Unidos, perfectamente capaz de gobernar el país. (Artículo publicado en el sitio Cubadebates el domingo 8 de enero de 2012). Literalmente Fidel dice que (…) ¿No es acaso obvio que lo peor de todo es la ausencia en la Casa Blanca de un robot capaz de gobernar Estados Unidos e impedir una guerra que ponga fin a la vida de nuestra especie?

Pero la broma de Fidel se queda corta, pues hay un humor más cruel  e hiriente entre los guatemaltecos. Me refiero a un chiste que circuló en la década de los ochenta, cuando era candidato presidencial el general Romeo Lucas García, quien a la sazón ganara fraudulentamente las elecciones y que daba pie a creer el viejo aforismo y rancio filosofema de que “cada pueblo tiene el gobierno que se merece”. Pues, bien, para el caso de elegir al presidente guatemalteco de esos años la oligarquía seleccionó a un hombre decapitado, sus neurocirujanos le instalaron por cabeza un coco vacío y ¡prodigio! llegó, ciertamente, a ser Presidente de Guatemala.  Pero podemos cortar el espacio/tiempo, hace cuatro años tan sólo Colom recibió el cargo del más descerebrado presidente que el país haya tenido: Oscar Berger, cuyo notorio déficit cerebral fue compensando por su astucia para hacer dinero.
               
En la actualidad todos los ciudadanos tenemos cifradas las esperanzas de que el nuevo gobierno sea un poco mejor que el que entrega el cargo, ya que el desaliento y la desilusión vuelve a estar presente en la vida de los guatemaltecos con el final de la ridícula y patética socialdemocracia guatemalteca y el escepticismo con el gobierno que empieza. Pero los guatemaltecos, con tantos años de gobiernos antipatrióticos, nos han orillado las dictaduras a no ser tan exigentes: votamos por los menos malos. Es común escuchar esta expresión de los sufragantes cada elección, que van cada cuatro años a los centros electorales a votar por ninguna opción.
               
Por ello, cuando escuchamos las órdenes insolentes que provienen del imperio con respecto a la visita de Ahmadineyad a Guatemala a la toma de posesión de Otto Pérez Molina y no hay respuesta, reacción alguna de los politiqueros nacionales y mucho menos de los opinadores de la prensa nacional en defensa de la soberanía nacional; da rabia o tristeza.
               
Lea usted, lector amigo, lo siguiente: “Estados Unidos urge a Guatemala a enviar unfuerte mensaje a Ahmadineyad en su visita, sobre la necesidad de cumplir con las obligaciones internacionales. Creo que lo importante es enviar un fuerte mensaje, en cada una de estas paradas, de que Irán va a permanecer aislado y enfrentarse a dificultades si no hace lo que debe hacer, con respecto a la ONU y a la Organización Internacional de Energía Atómica, indicó hoy la portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland.
               
Así se nos falta el respeto como país y nadie habla acá de intervención extranjera. Es la insolencia del imperio y la subordinación de un pueblo que anda bastante extraviado en su dignidad.








Publicado por: Marvin Najarro
Ct., USA.

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