domingo, 15 de abril de 2012

VI CUMBRE DE LAS AMÉRICAS: ENTRE REZONGOS Y DESACUERDOS…



INTRODUCCIÓN


Al buen morenazo de Obama  ¡quien se imaginaba!- sería nuevamente recibido como toda una “estrella de rock” en la recién finalizada Cumbre de la Américas (Cumbre Empresarial para los Estados Unidos). Nunca se le ocurrió pensar, como tampoco a sus asesores, que las cosas han cambiado mucho y los países latinoamericanos; otrora fieles y sumisos sirvientes de los intereses norteamericanos en la región, ahora, cada día; se van desmarcando del poder avasallante de Washington, exigiendo respeto mutuo y trato igualitario en todas las relaciones tanto bilaterales como multilaterales. No lograba comprender Obama, la rebelión latinoamericana que demandaba la integración de Cuba en ese foro de la Américas, aunque a decir verdad y como lo expresara el ex presidente colombiano Cesar Gaviria, parece ser que esta será la última Cumbre de la Américas. Tan atolondrado estaba el mandatario norteamericano que ni siquiera pudo pronunciar correctamente el nombre de las Islas Malvinas, confundiéndolas con las Islas Maldivas. Error o ignorancia, lo cierto de todo esto es que refleja la verdadera actitud de Washington para con todos sus vecinos al sur de la frontera. Negando lo obvio, ante la falta de una declaración como punto culminante de la cumbre, el presidente colombiano Juan Manuel Santos, visiblemente irritado, negó que la cumbre haya sido un fracaso. Pero fue compensado por Obama por su lealtad: todos los colombianos a partir de mayo, cuando entre en vigencia el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, tendrán visas por 10 años.

En una de sus acostumbradas reflexiones, Fidel Castro observaba lo siguiente a cerca de la Cumbre de las Américas y de Obama en particular: "Cualquiera diría que, por obvias razones políticas, la figura que peor impresión me causaría sería Obama. Sin embargo no fue así. Lo observé pensativo y a veces bastante ausente. Era como si durmiera con los ojos abiertos. No se conoce cuánto descansó antes de llegar a Cartagena, con qué generales habló, qué problemas ocupaban su mente. Si estaría pensando en Siria, Afganistán, Irak, Corea del Norte o Irán. Con seguridad, desde luego, en las elecciones, las jugadas del Tea Party y los planes tenebrosos de Mitt Romney. A última hora, poco antes de la Cumbre, decidió que las contribuciones de los más ricos deben alcanzar por lo menos el 30% de sus ingresos, como ocurría antes de Bush hijo. Desde luego que eso le permite presentarse frente a la derecha republicana con una imagen más diáfana de su sentido de justicia. Pero el problema es otro: la enorme deuda acumulada por el gobierno Federal que rebasa los 15 millones de millones de dólares, lo cual demanda recursos que suman no menos de 5 millones de millones de dólares. El impuesto a los más ricos aportará alrededor de 50 000 millones de dólares en diez años, mientras la necesidad de dinero se eleva a 5 millones de millones. Recibiría por tanto un dólar por cada 100 de los que necesita. El cálculo está al alcance de un alumno con 8 grados de escolaridad. Obama, acostumbrado a decir la última palabra, sabe que la economía de Brasil surge con impresionante fuerza, que asociada a las economías como las de Venezuela, Argentina, China, Rusia, Sudáfrica y otras de América Latina y el mundo, trazarían el futuro del desarrollo mundial.

Veo que las reuniones en Cartagena se prolongan y las realidades edulcoradas se alejan. De las guayaberas obsequiadas a Obama no se habló. Alguien tendrá que encargarse de indemnizar al diseñador de Cartagena, Edgar Gómez. Marvin Najarro






VI CUMBRE DE LAS AMÉRICAS:
ENTRE REZONGOS Y DESACUERDOS


Por Valentín Zamora


La Declaración de Cartagena, como actividad de culminación del evento,  para ser tal tenía que pasar por el consenso, pero como son tantos los desencuentros y las desavenencias entre los países del cónclave, que se hizo imposible redactar el documento protocolar. Era totalmente previsible el resultado de la cumbre de presidentes de la América anglosajona (los ricos) y la América Latina (los pobres), cuyo rimbombante nombre no coincide con los magros resultados, que algunos presidentes como Felipe Caldlerón de México y Juan Manuel Santos ven como “un gran logro”. ¿Cuál es ese gran logro? Pues ni más ni menos que lograr que los Estados Unidos acepte discutir otras alternativas para solucionar el problema del crimen transnacional  mas acuciante (el narcotráfico) y que reconozca de manera oficial por boca del presidente Obama que Estados Unidos es parte copartícipe del problema por el alto consumo de estupefacientes y la venta sin controles rigurosos de todo tipo de armas, que viajan inexorables hacia el sur. Es algo que se admite a estas alturas históricas porque es tan visible y apabullante que decir otra cosa sería la negación de lo tangible. El desvirtuar lo evidente. El admitir con ira contenida el grado de sometimiento a que ha estado sometido América Latina durante de decenios por los Estados Unidos que hasta hoy se ha dignado siquiera a discutir un asunto que afecta sus intereses, dado la gran ayuda que significa para su economía la circulación de dinero negro.


Estados Unidos llegó a lo que quería realmente, a promover sus Tratados de Libre Comercio que en la cumbre adquirió el elusivo eufemismo de “cumbre empresarial” y a la que se aplicó con amor y convicción Felipe Calderón y Juan Manuel Santos, cuyos planteamientos desarrollistas pasan por alto soluciones estructurales, que sería una adecuada propuesta de desarrollo. El tema de la exclusión de Cuba fue abordado tangencialmente y el litigio de soberanía de las islas Malvinas todavía peor, asuntos muy sensibles para los latinoamericanos y sobre los cuales tampoco se llegó a ningún acuerdo. Lo que sí queda para la historia es lo dicho por el morenazo Obama, que conmovió las entrañas de las personas democráticas del mundo y medianamente informadas. Dijo: “Lo que impide que Cuba sea un miembro completo de la comunidad internacional no es Estados Unidos, es su propia política, que es contraria a los principios universales”. O sea que para Obama, la democracia socialista cubana para ser buena o efectiva tiene que ser democracia estadounidense, porque según su peregrina opinión, la mejor democracia es la “americana”. De muchas maneras el gran perdedor de esta cumbre fue Obama pues haber admitido gran parte de responsabilidad del problema del narcotráfico será para la Asociación Nacional del Rifle un signo imperdonable de debilidad y pone en riesgo el negocio del tráfico ilegal de armas que fluyen con facilidad hacia el sur del continente. Tampoco fue el mejor resultado en tiempos de campaña electoral, pues los sectores ultraconservadores de la derecha estadounidense no estarán contentos que los primos hayan puestos contra las cuerdas al Tío Sam, acostumbrado a ser caprichoso y hacer lo que se le ha dado la gana. Es decir, se ha llevado a los Estados Unidos a hacer, precisamente lo que no le gusta: dialogar. Ellos están acostumbrados a los monólogos y a las imposiciones, no obstante, el imperio está débil, y cuando esto ocurre, como en la antigua Roma; empezaron a ser emperadores personajes nacidos en las provincias conquistadas, o sea patricios de segunda categoría. El gran ganador de todos fue Felipe Calderón quien oportunistamente y dando su brazo a torcer ante la sociedad civil mexicana, ha admitido discutir una vía alternativa en la lucha contra el narcotráfico, pues ya admitido que La Guerra de Calderón, como le llaman en México a su estrategia confrontativa, no tiene viabilidad. Es un total fracaso con un costo de 60,000 personas muertas en los seis años de su gobierno. Marcar un punto de inflexión en este momento electoral significa atraer puntos a favor con una posición más liberal y menos engarrotada. Y no faltó la nota cómica en esta cumbre, el gesto histriónico de Mauricio Funes, quien para no quedarse atrás, como todo guanaco, anunció en plena cumbre que el 14 de abril es el primer día que en El Salvador no ocurre ni un solo asesinato. Asunto por averiguar, pues tiene características de patraña, y es probable que lo haya dicho para recomponerse y recuperar imagen por lo que le dijera el presidente guatemalteco: que había sido utilizado por los Estados Unidos para boicotear la reunión de Guatemala. O sea   -ejemplo a seguir por los países del mundo-  hay que pactar con los delincuentes que están en las cárceles para llevar la paz a la ciudadanía. Menuda ocurrencia ¿no cree?


En fin, la cumbre sí cumplió sus expectativas: ser más de lo mismo.








Publicado por Marvin Najarro
CT., USA.

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