viernes, 19 de octubre de 2012

LOS ABOMINABLES HOMBRES…



INTRODUCCIÓN

Un reciente estudio de la Universidad de Toronto  sobre cómo el poder influye en el comportamiento de las personas determinó, en opinión de los investigadores, que el poder solo corrompe a la gente que, de antemano, tiene una moral laxa. Por el contrario, enfatiza los buenos valores de la gente que previamente tiene fuertes convicciones morales. Si esta conclusión la aplicamos al caso de los flamantes diputados guatemaltecos, especialistas en bochornosos espectáculos en el seno del congreso, diríamos que son personas, de antemano, con escasos valores morales, si acaso los tienen, que buscan el poder como un medio para afianzarse y esquilmar la vaca sagrada del Estado. Las pocas personas decentes que llegan al poder terminan invariablemente encaramándose en el tren del espectáculo circense y de la corrupción. ¿Y el pueblo? Apenas organizado y dividido, bien gracias, no ha pasado nada, todo sigue igual, 58 años no han hecho ninguna diferencia y probablemente no lo hagan 100 o hasta 200 años. Marvin Najarro





LOS ABOMINABLES HOMBRES
DEL CONGRESO DE LA REPÚBLICA

Por Luciano Castro Barillas

No se sabe se reír o llorar, pero los orates del Congreso de la República de Guatemala hace apenas 48 horas dieron otro espectáculo circense, pero no de la calidad del grandioso circo de Moscú, sino de un circo arrabalero de vagos y malvivientes que encontraron en ese recinto del Estado guatemalteco, una manera de no trabajar y ganar bien; sinecura a la que aspiran todos los atorrantes del mundo pero que en Guatemala, un país hasta al fondo en los índices de desarrollo material y humano, los petardos hechos explotar en el interior del hemiciclo, los improperios más groseros dichos de manera altisonante y sin ninguna consideración a los ciudadanos, la absoluta falta de debate político y la insoportable presencia del partido más porquerizo del mundo que ha registrado la historia politiquera de Guatemala  -el LIDER de Manuel Baldizón-  hace que toda persona con un mínimo de discernimiento y un valor básico de decencia no pueda sino sentir la más terrible decepción de todos esos granujas por antonomasia Padres de la Patria, que son la peor expresión del politiquero guatemalteco engendrado por las ideas neoliberales contemporáneas pero que tienen sus matriz histórica en la Contrarrevolución organizada, financiada y entrenada por los Estados Unidos en 1954 que destruyó el único proceso auténticamente democrático que ha vivido la sociedad guatemalteca como lo fue la Revolución de Octubre de 1944, que pese a su naturaleza democrático burguesa (no fue un movimiento impulsado por los sectores populares sino por las capas medias urbanas) tuvo una amplia proyección nacional, popular y antiimperialista que le hizo ganarse el odio del imperio que sigue haciendo actualmente lo mismo en otras partes del mundo, de lo hecho a Guatemala hace 58 años. Todas las desgracias sociales, políticas y económicas de este país se originan en la política intervencionista de esos años, de allí que los actos violentos que sufren los ciudadanos norteamericanos en todas partes del mundo son consecuencias (tal el caso del embajador Steven en la ciudad de Bengasi, Libia) de su falta de respeto a las autodeterminaciones de los pueblos. Las circunstancias en que muere el embajador norteamericanos en el nido de espías en que se había convertido la embajada de los Estados Unidos, emulan, curiosamente, las circunstancias de la muerte de Moamar el Gadafi: herido, arrastrado, vejado y humillado. La venganza bíblica de ojo por ojo y diente por diente. Hoy, a 68 años de esa gesta libertaria del pueblo guatemalteco, Guatemala, ciertamente, es irreconocible, pues todas las conquistas sociales de ese esfuerzo social están ya al nivel de referencia historiográfica: pésimo sistema educativo, horrorosos indicadores sociales, leyes diseñadas por las cúpulas gobernantes y sus incondicionales para disminuir las conquistas de la Revolución del 1944 y no para fortalecerlas, pero lo peor de todo, politiqueros que como hongos y levaduras se reproducen en los estercoleros o muladares, que son los partidos políticos guatemaltecos. Vivimos una situación histórica de infamia, de división enfermiza entre los pobres: 48 organizaciones magisteriales y unas doscientas organizaciones indígenas que se hacen la guerra entre ellas, poniendo en entredicho la proclamada hermandad de sangre. La única hermandad estratégica entre los pobres, entre los desheredados de la tierra; es de clase. Quien promueva otro tipo de unidades -indudablemente importantes como las étnicas o gremiales-  pero que excluye el profundo sentido de la unidad con sentido proletario, poco o casi nada está haciendo como dirigente social: es un sectario más y un contrarrevolucionario esclavo de la ideología egoísta de sus amos.









Publicado por LaQnadlSo
CT., USA.

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