lunes, 10 de diciembre de 2012

DEJA VU:…




Siria nunca hará uso de armas químicas contra su propio pueblo, dijo a Rusia Today, Lawrence Wilkerson, un coronel retirado del ejército de EEUU quien se desempeñó como asesor principal de Colin Powell. La realidad es que los Estados Unidos está “preparando el terreno para intervenir en Siria”.

RT: Usted fue el asesor principal de Colin Powell cuando se tomó la decisión de invadir a Iraq. En el 2003, Powell pronunció un discurso que expuso el caso para iniciar esa guerra….Usted ayudó en la preparación de ese discurso, y desde entonces lo ha descrito como el error más grande de su vida. ¿Por qué?

Lawrence Wilkerson: Principalmente porque nosotros presentamos ese discurso ante el pueblo de Estados Unidos, la comunidad internacional y por supuesto  a los miembros del Consejo de Seguridad Nacional de EEUU…no era exacto, no era verdad, no era válido. Nosotros no sabíamos eso, pero no fue una falla de la inteligencia únicamente. Fue también la masiva politización de los servicios de inteligencia por el liderazgo de Washington.




DEJA VU: ARMAS DE DESTRUCCIÓN MASIVA



Por Marvin Najarro

El Medio Oriente,  es un caldero que hierve a altas temperaturas y al que cada día que pasa se le agregan, cada vez más, explosivos ingredientes. Toda la zona está inmersa en una situación por demás complicada y peligrosa que amenaza con convertirse o se está convirtiendo ya, por designios de los masters del universo en una conflagración de enormes magnitudes que inevitablemente y debido a los grandes intereses económicos, militares y geoestratégicos en juego en toda la región, amenazan la existencia misma de la humanidad. El caso de Siria  -sin necesidad de hurgar demasiado en la complicada historia de esa región- demuestra claramente la turbia convergencia de intereses y de actores todo tipo, cada uno tratando de obtener a costa de la destrucción y el sufrimiento de millones de personas, muchas de ellas víctimas inocentes; aquello que satisfaga sus imperiosos deseos de dominación regional y global.

En la Franja de Gaza, la guerra civil en Siria pasó  -al menos así se percibió por la escasa cobertura de los medios de prensa- a un segundo plano, para luego resurgir como la cabeza amenazante de una serpiente venenosa en la figura del asediado Bashar Al Assad, a quien los medios de prensa occidental con base en informaciones de fuentes anónimas de inteligencia le atribuyen estar a punto de ordenar el ataque con armas químicas (gas sarín) sobre su propia población. Los sospechosos de siempre, los gendarmes globales y organizaciones laureadas con el Nobel de la Paz, inmediatamente establecen líneas rojas y amenazan con “absoluta claridad” que tanto Assad como todo aquel que este bajo su comando no cometan el trágico error de usar esas armas de lo contrario habrán consecuencias y el pobre Assad, claro, será tenido como responsable. Una señora con aspiraciones presidenciales, baluarte del intervencionismo militar humanitario declara que, “no voy a telegrafiar específicamente lo que haríamos en caso de haber evidencia creíble de que el régimen de Assad ha recurrido al uso de armas químicas en contra de su propia población, pero basta con decir que ciertamente estamos planeando las acciones a tomar en caso de ocurrir tal eventualidad”.

Efectivamente los medios de prensa pro imperialistas, manipuladores de la información, están gustosamente proporcionando esas creíbles evidencias de que en efecto se están llevando a cabo preparaciones con potenciales armas químicas por parte del gobierno sirio. Sin embargo, no se proporciona ninguna clara evidencia de que tales armas vayan a ser usadas. Lo anterior es reminiscencia del fiasco de la armas de destrucción masiva que como pretexto inicial los Estados Unidos y sus aliados utilizaron para invadir y destruir a Iraq. Ahora es el turno de Siria que desde el inicio de la llamada Primavera Árabe ha sido sometida a un intenso y devastador ataque por parte de todas las fuerzas reaccionarias que, al igual que en Iraq, buscan afanosamente su destrucción y posterior balcanización en donde el sectarismo religioso facilitará las acciones neocoloniales de EEUU y sus aliados de la OTAN que en todo caso incluye a Israel, que se perfila como el principal beneficiario del colapso que se avecina, que también incluye a Irán, la pieza más apetecida.

A estas alturas de la guerra civil en Siria todo parece indicar o, al menos se nos hace creer, que los días del asediado régimen de Assad están contados. El cerco tendido por EEUU-OTAN con la colaboración de los ex hermanos musulmanes de Assad en Turquía y Jordania, cada día se cierra como una soga al cuello del presidente sirio que a pesar de contar con el apoyo de al menos una tercera parte de la población, ve como su posición se deteriora ante la embestida de sus enemigos que claman por su cabeza y el titubeo de sus aliados rusos que poco a poco empiezan a abandonarlo creyendo quizás las promesas de Obama del mejoramiento de relaciones en su segundo término como presidente. En este punto, y como prueba de la confusión creada alrededor del conflicto en Siria, el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, contrario a lo difundido por la prensa occidental, ha declarado recientemente que su país no está negociando la eventual salida del poder de Assad, que la posición rusa es terminar con el conflicto en Siria, no discutir la suerte de un hombre y que todos los intentos de presentar una situación diferente son más bien sospechosos, aun para la diplomacia de aquellos países conocidos por sus esfuerzos en presentar hechos distorsionados para su propio beneficio.

Todas las piezas del rompecabezas están siendo meticulosamente puestas en su lugar por los enemigos de Siria para darle un velo de legitimidad a una posible invasión del país; armas de destrucción masiva, el peligro de que la guerra se extienda a Turquía y el derecho de ésta de defenderse de un potencial ataque, son los pretextos para la materialización de los planes intervencionistas del imperialismo occidental y sionista que se han venido fraguando desde hace mucho tiempo para modificar el mapa geopolítico de toda la región adecuándolo a los interese hegemónicos de las potencias agresoras. El conflicto en Siria no es tanto el producto de una revolución armada del pueblo sirio contra el dictador Assad, como se quiere hacer creer, es una fase de una estrategia militar diseñada para dominar toda la región; no por algo Siria  durante los años de G. W. Bush fue considerada junto con Irán  y Corea como parte del “eje del mal”. En una entrevista concedida al programa Democracy Now, en marzo del 2007, el general retirado del ejército de Estados Unidos y Comandante Supremo Aliado de la OTAN durante la guerra en Yugoslavia en 1999, al ser preguntado por el caso de Irán y las armas de destrucción masiva como pretexto para atacarlo, dijo lo siguiente:

(…) Unas pocas semanas después regresé para verlo, para ese entonces estábamos bombardeando en Afganistán. Yo pregunté, ¿“vamos a ir todavía a la guerra con Iraq”? y él dijo, “oh, es peor que eso”. El extendió su mano sobre el escritorio. Tomo una pieza de papel. Y dijo. “Acabo de recibir esto desde arriba”-es decir de la oficina del secretario de Defensa-“hoy mismo”. Y dijo. “Este es un memorándum que describe cómo vamos a deshacernos de siete países en cinco años, empezando con Iraq, y luego Siria, Líbano, Libia, Somalia, Sudan y rematamos con Irán”. Yo pregunté. ¿“Es clasificado”? El respondió, “si, señor”. Yo dije, “Bien, entonces no me lo muestre”. Hace más o menos un año lo vi de nuevo, y le pregunté, ¿‘’se recuerda de ello”? El respondió, “señor, ¡yo no le mostré a usted ese memo! !no se lo mostré a usted!










Publicado por LaQnadlSol
CT., USA.

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