lunes, 3 de diciembre de 2012

ES UNA LUCHA ANTIIMPERILISTA,…




Como la mayoría de prejuicios que las clases gobernantes y sus políticos agitan para sus propios fines, gran parte del odio religioso se basa en la incomprensión y la ignorancia. Este es el caso cuando se trata del Islam y de su percepción entre muchas de las iglesias cristianas. A pesar del hecho (o quizás a causa del mismo) de que el Cristianismo, Judaísmo y el Islam se derivan todas del legado de Abraham, el nivel de ignorancia entre los creyentes a cerca de esto es pasmoso. De hecho, esto lo dejaría a uno pensando que quizás esa ignorancia ha sido intencional.





ES UNA LUCHA ANTIIMPERILISTA,
NO UN CHOQUE DE CIVILIZACIONES

Deepa Kumar


Por Ron Jacobs

En las maquinaciones del imperio, las diferencias étnicas y religiosas son a menudo utilizadas para justificar la guerra y represión. Los ejemplos históricos abundan. La animosidad entre las elites que gobiernan naciones son formuladas en términos religiosos con el fin de exaltar y convencer a la población de que el antagonismo entre las clases gobernantes, sobre tierra y dinero, son en realidad diferencias religiosas entre la gente común. De ahí en adelante, el antagonismo se desintegra en odio y luego la guerra. A pesar de que muchos adherentes religiosos y maestros concluyen que todas las religiones conducen al mismo Dios, la gente cede ante los temores propagados por otros clérigos e instituciones de que, únicamente la religión de ellos es la verdadera. Todas las otras, por lo tanto, son falsas y sus seguidores infieles. Una vez las llamas del odio religioso son encendidas, se vuelve muy difícil extinguirlas. La historia lo ha demostrado una y otra vez.

Recientemente, el mundo ha sido testigo de esta manipulación de la fe en contra de los musulmanes. Esta no es la primera vez que el foco del odio es Islam. Variados grupos de la fe Cristiana, como la Iglesia Católica hasta pequeñas sectas como la dirigida por Terry Jones en Florida, EEUU lo han considerado en el transcurso de los siglos una religión demoníaca. Fue el Islam, después de todo, el que soportó el embate de la Cruzadas católicas en la edad media. Fue también la Iglesia Católica la que asoló el territorio de España durante la Reconquista y, fue la Iglesia Católica durante el mismo periodo la que forzó a judíos y musulmanes por igual a renunciar a su fe o enfrentar la muerte. 

Como la mayoría de prejuicios que las clases gobernantes y sus políticos agitan para sus propios fines, gran parte del odio religioso se basa en la incomprensión y la ignorancia. Este es el caso cuando se trata del Islam y de su percepción entre muchas de las iglesias cristianas. A pesar del hecho (o quizás a causa del mismo) de que el Cristianismo, Judaísmo y el Islam se derivan todas del legado de Abraham, el nivel de ignorancia entre los creyentes a cerca de esto es pasmoso. De hecho, esto lo dejaría a uno pensando que quizás esa ignorancia ha sido intencional.

Este es uno de los puntos que se argumentan en el más reciente libro de Deepa Kumar, Islamophobia and the Politics of Empire (Islamofobia y la Política del Imperio). Kumar examina la  historia de la imaginería anti islámica en el occidente Cristiano: la comparación de la religión con Satán y la hechicería, prácticas sexuales misteriosas y perversiones. Desde este punto de partida, Kumar dibuja una línea entre el desarrollo de los estudios Orientalistas y su uso por las naciones colonialistas para justificar la dominación y explotación de lo que ellos denominan “el Mundo Musulman”. El Orientalismo es descrito de la mejor manera por el autor del mejor libro sobre el tema, Edward Said. El Orientalismo, escribió Said, “es un estilo de pensamiento basado en distinciones ontológicas y epistemológicas hechas entre “el Oriente” y (la mayoría de las veces) “el Occidente”. Así, de este modo, una masa muy grande de escritores, entre quienes se encuentran poetas, novelistas, filósofos, teoristas políticos, economistas y administradores imperiales, han aceptado la distinción básica entre el Este y Oeste como el punto de partida para elaborar relatos concernientes al Oriente, su gente, costumbres, “mentalidad”, destino y así por el estilo… El fenómeno del Orientalismo según lo estudio aquí trata principalmente, no de una correspondencia entre Orientalismo y Oriente, sino con la consistencia interna del Orientalismo y de sus ideas a cerca del Oriente…a pesar o más allá de cualquier correspondencia, o falta de ella, con un Oriente “real”.

En otras palabras, el Orientalismo es un esbozo desarrollado por el Occidente para definir la parte no europea del mundo, que enfatiza las diferencias entre estos dos artificios. Frecuentemente tiene poco que ver con la realidad de la vida y del pensamiento en el mundo no europeo y es una metodología utilizada para justificar la ocupación de esas tierras, el sometimiento de su gente y el uso de cualquier medio que sea necesario para lograrlo. Adicionalmente, ignora hechos esenciales que no se ajustan a su esbozo el cual asume la superioridad del Occidente. Kumar discute cinco mitos en los que el Orientalismo se basa y, al hacerlo así, efectivamente desmantela esos mitos. Mientras leía este particular capitulo sentía como que estaba leyendo cualquier cantidad de artículos noticiosos de los últimos 50 años que explicaban como los enemigos de Washington eran menos civilizados, menos sofisticados que los americanos. Medievalistas, sexistas, que no valoran la vida humana, incapaces de vivir en democracia y de actuar racionalmente; las razones para oponerse al Islam no difieren mucho de aquellas que se dieron para matar salvajemente a más de un millón de vietnamitas. Kumar enfoca estos fenómenos históricamente y provee una perspectiva raras veces, si acaso, considerada por los comentaristas occidentales.

Una buena parte de Islamophobia and the Politics of Empire es un examen de la relación entre las elites gobernantes en Washington DC y los varios elementos del Islam, especialmente durante los últimos veinte o treinta años. El texto da una mirada a la relación de Washington con entidades dentro y fuera del estado. Esto incluye el apoyo de Washington, para su propio beneficio, de la familia Saud en Arabia Saudita y el golpe de la CIA en Irán que condujo a la tiranía del Shah, también incluye armar a los muyahidines afganos en contra del ejército soviético y la guerra sin fin sobre el pueblo afgano y su expansión dentro de Paquistán via drones armados. Kumar explica las razones económicas, políticas y militares para el tejemaneje y las guerras y la muerte libradas en el nombre de Estados Unidos en los países que Kumar denomina “la mayoría musulmana”. Ella no permite que el lector olvide que la razón subyacente de todo el proyecto de la Islamofobia es el deseo hegemónico de Washington de controlar el mundo.

Después de explorar el porqué de las razones y los resultados del proyecto  de la Islamofobia en los puestos de avanzada del imperio, Kumar vuelve su mirada hacia adentro de los Estados Unidos. Ella recuenta los ataques legales contra mezquitas y fundaciones sociales islámicas bajo el pretexto de apoyar el “terrorismo” y discute el crecimiento del sentimiento anti árabe y anti musulmán exacerbado por varios individuos sionistas y de la derecha. Citando el ejemplo de la llamada mezquita del “Ground Zero”, expone los motivos políticos de individuos y organizaciones detrás de la campaña para prevenir la construcción de dicha estructura. Aunque muchos lectores identifican la islamofobia con los sionistas, los neoconservadores y con los cristianos fundamentalistas que los apoyan (Kumar se toma una buena cantidad de tiempo elucidando esto), el libro deja en claro que esta fobia no está limitada a este particular modo de pensar. De hecho, Kumar designa la versión liberal de esta fobia y de las políticas de que se vale, “Islamofobia liberal”. Esta reciente encarnación pretende entender el Islam, mientras que simultáneamente acepta muchos de los mismos mitos sobre esa religión mantenidos por los grupos antes mencionados.

Hay bastante en este libro. Deepa Kumar toma un tema que a menudo es intencionalmente mal interpretado y le brinda una claridad que incorpora las múltiples facetas envueltas en el mismo. La política y la religión son peligrosos aliados, sin embargo han definido la historia humana en tanto esta ha existido como tal. Este fenómeno se ha vuelto más real conforme avanza la historia. Mientras otros libros puede que expliquen de mejor manera el Islam y su relación con la Cristiandad, Islamophobia and the Politics of Empire sobresale en su exploración de la relación entre el imperialismo de occidente y la mayoría del mundo Musulmán, especialmente con relación a la historia reciente. Si los recientes eventos en el Medio Oriente y en otras regiones de mayoría musulmana son un indicador, esta relación puede estar al borde de un cambio sustancial. Esto hace la lectura y comprensión del texto de Kumar todavía más esencial.



Traducido del inglés por Delmar Manuel









Publicado por LaQnadlSOL
CT., USA.

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