lunes, 14 de enero de 2013

CAPITALISMO VERDEAMARELHO:…


(…) afirmar que los capitalistas brasileños son “preferibles” que los norteamericanos o europeos, solamente revela la miopía del reformismo nacionalista, obviando el hecho de que (en palabras de Lenin) “el imperialismo es la fase superior del capitalismo” no importa cuál sea su origen geográfico. Por ello, la importancia de que la clase obrera de todo el continente esté en conocimiento de las pretensiones expansionistas y hegemónicas de la burguesía brasileña en la región, y que en particular la clase obrera del Brasil debe plantearse definitivamente la toma del poder político en esa nación, distanciándose de la dirigencia reformista que ostenta el poder político actualmente y potenciando la revolución socialista a escala continental.




CAPITALISMO VERDEAMARELHO:
LA HEGEMONÍA BRASILEÑA EN EL MERCOSUR



Por Juan C. Villegas P.
04/01/2013

Centro de Investigación y Formación Obrera (CIFO)-ALEM


Mercosur: Una creación de la burguesía brasileña

En un artículo anterior[i] se hizo referencia al hecho de que el Mercosur representa al igual que otras modalidades de integración económica, una estrategia adoptada por las burguesías nacionales para expandir sus mercados más allá de sus fronteras nacionales y con ello obtener ventajas derivadas del aprovechamiento de las economías de escala generadas a partir de la existencia de un mayor mercado, con potencialidades para la colocación de una cantidad también mayor de mercancías. En ese sentido, la iniciativa para la conformación del Mercado Común Suramericano a principios de la década de 1.990,  fue impulsada por las burguesías de los países suramericanos con economías más grandes a saber: Argentina y Brasil.

Ahora bien, esta última nación es la que precisamente representa  no solo la economía de mayor tamaño dentro del bloque regional, sino que a su vez, es la que se erige en la actualidad como una de las “economías emergentes” a escala mundial. Además de ello,  la burguesía de ese país tiene la clara visión de convertirlo en la potencia hegemónica del continente suramericano y no solo en lo que se refiere al aspecto futbolístico. De allí que el proceso de expansión económica y la acumulación de capital implícita, conlleva necesariamente a que los capitales brasileños tengan cada vez mayor presencia e influencia a nivel mundial, y en primera instancia, a nivel suramericano. Todo ello apunta a que Mercosur haya sido concebido como un mecanismo para la expansión del capital brasileño y sus socios foráneos, dentro de lo que para la burguesía brasileña es “su zona natural de influencia.”

Cuando el mercado nacional no es suficiente

Este proceso expansionista al cual  algunos autores llaman “internacionalización de las empresas brasileñas”[ii]  toma impulso a partir de la última década del siglo XX en un contexto de liberalización del comercio mundial, y precisamente es en ésta década cuando  la constitución del Mercosur, en palabras de Da Silva,[iii] “funcionó como un nuevo determinante para el establecimiento de las empresas brasileñas en el exterior, preferentemente vía asociación con empresas locales o adquisición parcial o total de capacidad productiva ya existente” Así, lo que en un principio se muestra como la expansión comercial  de empresas de origen brasileño, pasa mediante un desplazamiento de competidores locales más pequeños,  a una fase de acumulación de capital real fijo, lo que amplía aún más las capacidades productivas y de distribución  de dichas empresas.

Desde el punto de vista sectorial, donde existe una presencia internacional importante de capitales brasileños es en lo que se refiere a actividades como extracción de hidrocarburos, petroquímica, minería, textiles, metalurgia, siderurgia, alimentos, bebidas y autopartes. Y desde el punto de su localización, las empresas brasileñas tienen presencia en Estados Unidos de América (EUA), Canadá, la Unión Europea (UE) y como es “natural” en sus naciones vecinas (Brasil limita con 10 países en Suramérica).

Un dato interesante se puede extraer del ranking realizado en 2.011 por la revista América Economía[iv] de las empresas más grandes de América Latina. Dicho ranking abarca 500 empresas evaluando indicadores como: valor de las ventas, utilidad neta,  activos totales y patrimonio. Entre las principales 50 empresas consideradas, se encuentran 11 empresas mexicanas, 3 argentinas, 5 chilenas, 1 colombiana, 1 venezolana (PDVSA) y 29 empresas brasileñas, es decir, más de las mitadUna proporción similar favorable a la burguesía brasileña se puede observar en la totalidad del ranking de 500.

El desplazamiento de capitales más pequeños

Ya en un contexto más específico, si se focaliza el análisis en el marco del Mercosur, tenemos que según lo afirmado por Raúl Zibechi[v], en el Uruguay, el capital brasileño adquirió varias empresas del ramo frigorífico, al punto de que una sola empresa brasileña acapara el 30% de la producción cárnica y en total, el capital brasileño controla el 43% de las exportaciones de ese rubro, el cual es el principal producto de exportación de la República Oriental. Otro dato muy ilustrativo es el que indica el mencionado autor  cuando afirma que “de las diez principales empresas exportadoras del Uruguay, cinco son brasileñas, una arrocera y cuatro frigoríficos;”. Por otra parte, Petrobrás controla 89 estaciones de servicio en el mencionado país, con lo cual pasó a dominar el 22% del mercado uruguayo de combustibles.

En Paraguay el capital brasileño se expande mediante la compra masiva de grandes extensiones de tierra destinadas a la producción de soya y a la actividad ganadera. Dicha situación ha llevado a afirmar al investigador Marcos Glauser[vi] “que casi 5.000.000 de hectáreas están en manos de brasileños”. Al igual de lo que sucede con la carne uruguaya, la soya es el principal rubro de exportación del Paraguay (uno de los principales productores a nivel mundial) y de nuevo, una parte importante de dicha producción es controlada por el capital brasileño.

En la Argentina, la presencia de las transnacionales brasileñas abarca sectores estratégicos para la  economía de ese país, como es el caso de la explotación de hidrocarburos en la cual Petrobrás se convirtió en el principal inversionista extranjero durante el año 2.006, al llegar a la cifra de 3.000 millones de dólares. Asimismo, la empresa Camargo Correa controla el 46% de la industria cementera argentina, la multinacional Ambev es propietaria de Quilmes, la principal empresa cervecera de ese país, Friboi compró Swift, con la cual la multinacional brasileña se consolida como la mayor empresa frigorífica a nivel mundial, el 97% del mercado argentino del acero es de propiedad. Así, la presencia del capital proveniente de Brasil se hace presente en otras actividades como: materiales de construcción,  comercio, construcción, banca, automotriz, autopartes, petroquímica, etc.

En Venezuela, la tendencia general ha sido el decrecimiento de las inversiones de capital proveniente de Brasil, sin embargo,  es muy relevante la actividad de la empresa Odebrecht, dedicada a la construcción de grandes obras de infraestructura y a la ejecución de proyectos de desarrollo rural que han sido contratados por el gobierno venezolano De igual modo, es relevante la compra de aviones a la empresa Embraer, para ampliar la flota de la aerolínea estatal Conviasa. La entrada plena de este país al Mercosur posibilita la presencia más activa y cada vez más creciente de empresas brasileñas, lo cual puede manifestarse en primera instancia, mediante la entrada de productos provenientes de ese país, lo que generará dificultades a las ya ineficientes empresas venezolanas de adaptarse a la competencia proveniente de empresas con mayores niveles de productividad y con niveles aún mayores de capitalización. El resultado a la larga puede ser el desplazamiento de los  poquísimos capitales locales que se dedican a actividades de manufactura, con lo cual, sería ilusorio pensar que el capital brasileño se detendrá ante la posibilidad de controlar sectores estratégicos de la economía venezolana.

Una evidencia de la capacidad del capital brasileño de internacionalizarse se puede obtener si se revisan datos también  publicados por la revista América Economía[vii]  en donde se detallan las inversiones realizada por empresas de Brasil en el extranjero durante el año 2.009. Estos datos revelan que durante ese año, la inversión foránea de empresas Brasileñas ascendió a 87.148 millones de Dólares de EUA, cifra muy significativa si se tiene en cuenta el tamaño de las economías del resto de las naciones del Mercosur. Si se considera el mismo año de referencia, se evidencia con base a cifras publicadas por la CEPAL [viii]  que el monto de la inversión mencionado, es equivalente al 28% del PIB de Argentina, el 26% del PIB de Venezuela, casi 3 veces el PIB del Uruguay y más de 6 veces el PIB del Paraguay. Adicionalmente, la referida  publicación revela que estas empresas obtuvieron durante el mismo periodo un total de 61.000 millones de dólares en ingresos por ventas y emplearon un total de 179.000 trabajadores en el extranjero. A continuación se presenta el monto invertido por las 15 principales empresas con inversiones en el extranjero durante 2.009, así como la actividad económica que realizan.

Inversión brasileña en el extranjero en 2.009 (millones de Dólares de EUA.)

Tomado de la revista América Economía (2.010)

Otra forma de medir dicha internacionalización es a través del porcentaje de trabajadores que cada empresa tiene en el extranjero, así como  el porcentaje de ingresos que son generados fuera de Brasil, tales datos, que corresponden al año 2.011 se muestran en el cuadro siguiente:

Internacionalización de las multinacionales brasileñas (20 principales en 2.011) 
Empresa
Sector
Empleos en el  exterior (%)
Ingresos ext. (%)
JBS –Fribol
Alimentos
61,7
77,4
Gerdau
Metalurgia
45,3
52,0
Odebrecht
Construcción
45.0
51,8
Metalfrio
Electrónica
47,4
40,0
Ibope
Servicios
55,2
29,7
Andrade Gutierrez
Construcción
44.7
33,3
Coteminas
Minerales
21,9
88,5
Vale
Minerales
20,8
56,6
Marfrig
Alimentos
37,2
39,0
Ambev
Alimentos
28,5
32,0
Stefanini
Información
37.0
35.7
SABÒ
Vehículos
26,0
29,8
Marcopolo
Vehículos
26,0
29,8
Weg
Mecánica
16,0
39,2
Embraer
Vehículos
5,0
34,9
Magnesita
Alimentos
17,0
29.2
Artecola
Química
20,6
17,7
Camargo Correa
Conglomerado
17,0
17,3
Votorantim
Conglomerado
11,6
21,1
Remi
Mecánica
13,1
6,5
Tomado de Zibechi (2.012)

Los datos mostrados anteriormente parecen indicar, el carácter transnacional del capital brasileño y el dominio cada vez mayor de actividades económicas en los países integrantes no solo del Mercosur sino del resto del ámbito suramericano.  Plantear esta situación en ningún caso debe entenderse como chovinismo  antibrasileño, simplemente es un ejemplo más de cómo dentro de la dinámica capitalista, los capitales grandes y más eficientes terminan desplazando a los capitales más pequeños, acentuando con ello el proceso de concentración y acumulación de capital. Es por ello que, una vez más se demuestra que así como los capitales no conocen de nacionalidades, las luchas del proletariado deben ser planteadas desde una perspectiva de clase con carácter internacionalista.

Por otra parte, afirmar que los capitalistas brasileños son “preferibles” que los norteamericanos o europeos, solamente revela la miopía del reformismo nacionalista, obviando el hecho de que (en palabras de Lenin) “el imperialismo es la fase superior del capitalismo” no importa cuál sea su origen geográfico. Por ello, la importancia de que la clase obrera de todo el continente esté en conocimiento de las pretensiones expansionistas y hegemónicas de la burguesía brasileña en la región, y que en particular la clase obrera del Brasil debe plantearse definitivamente la toma del poder político en esa nación, distanciándose de la dirigencia reformista que ostenta el poder político actualmente y potenciando la revolución socialista a escala continental.


Centro de Investigación y Formación Obrera (CIFO)- ALEM









Publicado por LaQnadlSol
CT., USA.

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