domingo, 20 de enero de 2013

VER HACIA ADELANTE…



 (...) Aquí lo que sucedió fue porque había gentes que estaban involucradas dentro de las acciones y dentro del campo de batalla. Pero aquí no se fue a decir “todos los kakchiqueles o los k’iche’s o los ixiles van a ser exterminados”. Y se lo puedo demostrar. Yo quisiera que me demuestre, así como yo puedo demostrarle que no sucedió, que nos demuestren por qué dicen que hubo genocidio. Querer magnificar las cosas, querer seguir en ese tema, querer meter figuras que no sucedieron, es querer seguir reavivando el enfrentamiento armado interno. Lo que queremos nosotros es ver hacia delante.





VER HACIA ADELANTE BORRANDO EL
PASADO Y PERPETUANDO LA IMPUNIDAD.



Por Delmar Manuel

El 28 de diciembre del 2012 el presidente guatemalteco Otto Pérez Molina, aprovechando el receso de las fiestas de fin de año y como un regalo para celebrar la llegada del 2013 tal y como también acostumbra hacerlo Barack Obama en los Estados Unidos, por algo se les vio muy juntitos a ambos en un foro regional el año pasado, se despachó un decretazo horroroso, una monstruosidad jurídica, que según reportó la agencia EFE había sido obra de uno de sus secretarios, irónicamente el secretario de la Paz, que de un sopapo desconocía la competencia de la Corte Inter Americana de Derechos Humanos en relación a los crímenes de lesa humanidad cometidos en Guatemala antes de 1987.

Aparte del hecho de que haya sido una burda maniobra de carácter político destinada a crear confusión y de sondear el tamaño de la reacción de la opinión  pública local e internacional ante la posibilidad de que la Corte de Constitucionalidad falle a favor de uno de los acusados, el general Efraín Ríos Montt,  el trasfondo de la misma, claramente visible, era el de anular, cortar de tajo, toda posibilidad de hacer justicia o de enjuiciar a todos aquellos involucrados en los actos de genocidio perpetrados durante los mejores años de la matanza de civiles en el conflicto armado de Guatemala. El argumento de que la CIDH no tiene competencia para fallar en casos criminales anteriores a 1987 se cae por su propio peso.

Según Rights Action Team, Guatemala se adhirió a la Convención Inter Americana en 1978 y en 1987 aceptó la jurisdicción de la Corte Inter Americana. Desde entonces la CIDH ha emitido 17 fallos relacionados con violaciones a los derechos humanos en Guatemala, nueve de los cuales están relacionados con crímenes ocurridos antes de 1987. Lo anterior es prueba irrefutable de que la Corte Inter Americana de Derechos Humanos ha establecido jurisdicción sobre crímenes cometidos antes de 1987, misma que ha sido aceptada por el gobierno de Guatemala y por la administración de Pérez Molina, hasta antes de emitir ese nefasto decreto que, luego de algunos días de soportar la presión nacional e internacional tuvo que dejarlo sin efecto.

Las acciones del gobierno de Otto Pérez Molina así como las de sus asesores de desconocer la preeminencia del derecho internacional no debe tomarse como errores en la interpretación del mismo, sino más bien como actos de mala fe destinados a torcer el sentido original de la leyes con el objetivo de entorpecer la justicia y perpetuar la impunidad en un país consumido por la violencia generalizada que cada día que pasa se parece más y más a un estado fallido.

Muy próximamente la Corte de Constitucionalidad habrá de fallar sobre si el general Ríos Montt, el principal acusado por el delito de genocidio enfrenta la justicia o, la Corte se lava las manos y falla a favor del general que busca ser amnistiado y así evadir el tener que pagar por todos los crímenes que se le imputan. De ser así, como pareció telegrafiar Otto Pérez Molina, al emitir el decreto gubernativo 370- en diciembre 28 del año recién pasado, asestaría un terrible golpe de “mano dura” al endeble sistema judicial guatemalteco, avalaría la impunidad y legitimaria todos los crímenes cometidos por el Estado guatemalteco durante la guerra civil, y todos los sospechosos, como podría también ser el caso del propio presidente, quedarían en total libertad.

En entrevista concedida cuando todavía era candidato a la presidencia, Otto Pérez Molina refiriéndose a lo que él considera la inexistencia del genocidio en Guatemala, dijo lo siguiente:

(…) Aquí lo que sucedió fue porque había gentes que estaban involucradas dentro de las acciones y dentro del campo de batalla. Pero aquí no se fue a decir “todos los kakchiqueles o los k’iche’s o los ixiles van a ser exterminados”. Y se lo puedo demostrar. Yo quisiera que me demuestre, así como yo puedo demostrarle que no sucedió, que nos demuestren por qué dicen que hubo genocidio. Querer magnificar las cosas, querer seguir en ese tema, querer meter figuras que no sucedieron, es querer seguir reavivando el enfrentamiento armado interno. Lo que queremos nosotros es ver hacia delante.

En otras palabras borrón y cuenta nueva, no mirar hacia atrás como Obama que prefirió mirar hacia adelante obviando las egregias violaciones y todos los actos criminales de su antecesor en clara contravención de los principios constitucionales y de adherencia a la supremacía de la ley como lo proclaman y le exigen a otros los gobernantes de los Estado Unidos, es el lema de Otto Pérez Molina y de la derecha reaccionaria guatemalteca. Borrón y cuenta nueva, no hubo genocidio, se oficializa la impunidad y los militares como en los viejos tiempos de las dictaduras seguirán mandando y protegiendo los intereses de las oligarquías nacionales e internacionales.








Publicado por LaQnadlSol
CT., USA.

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