lunes, 25 de marzo de 2013

POR CULPA DE UN BRITÁNICO...



En la primera semana del juicio contra del general Efraín Ríos Montt acusado de genocidio y crímenes contra la humanidad cometidos durante la guerra civil en Guatemala, y como lo han reportado al minuto los diferentes medios de prensa que cubren los pormenores del juicio, la defensa del general, a pesar de todas sus maniobras dilatorias y entorpecedoras hasta el momento, no ha tenido éxito en poner en entredicho a los testigos de la parte acusadora que han declarado en el juicio en contra del ex dictador. Los testimonios de los testigos han sido unánimes en cuanto a acusar como los principales victimarios al ejército guatemalteco y al propio Ríos Montt. Es indudable que la parte querellante, el Ministerio Publico y todas las organizaciones y grupos de lo derechos humanos han realizado, con muchas dificultades, un tremendo trabajo en la recabación y compilación de testimonios y de todo el material necesario para presentar un caso solido que garantice el éxito del caso criminal presentado contra Ríos Montt y el otro acusado, el ex jefe de inteligencia Mauricio Rodríguez Sánchez.

Como en todo conflicto armado en donde se han cometido infinidad de atrocidades contra gente inocente siempre quedan ocultos testimonios de testigos presenciales, que por las razones que sean prefieren callar, antes que exponerse públicamente. . Este podría ser el caso de alguien quien bajo el nombre de Phil Burbidge, un supuesto estudiante de antropología británico, dejó un comentario en la página web montada por el Open Society Justice Iniative exclusivamente para seguir lo pormenores del juicio a Ríos Montt y a Rodríguez Sánchez. El comentario fue dejado el 20 de marzo, 2013 a la 1:55 am, en un artículo de opinión escrito por el ex jefe del Tribunal Internacional de Justicia, Luis Moreno Ocampo.



POR CULPA DE UN BRITÁNICO BARBADO


On March 20, 2013 at 1:55 am, Phil Burbidge said:

En 1976, yo estaba en Guatemala visitando sitios arqueológicos para una investigación que estaba haciendo sobre la herencia Maya, cuando tuve que ir a un pequeño y conocido lugar a un día y medio de caminata al norte de Nebaj en el Norte. Como la carretera terminaba en Nebaj, me dispuse a caminar temprano en la mañana  y antes de que el sol se ocultara encontré un pequeño caserío, donde los habitantes, aunque hablaban muy poco español, fueron muy amables y hospitalarios con migo, me dieron un tazón de sopa de maíz, y me dejaron dormir en una cabaña donde ellos guardaban leña para el fuego, por lo que yo estuve muy agradecido. El siguiente día, salí temprano rumbo a la ruinas, en donde pase otra noche, y el siguiente día tomé el mismo camino de vuelta, pero cuando llegue al lugar en donde estaba el pequeño caserío, no pude encontrarlo, y todo lo que pude encontrar fue un pedazo de terreno arrasado y quemado y un montón de tierra semejante a un montículo funerario.

Me quedé perplejo, y me senté bajo un árbol tratando de comprender lo que había sucedido ahí, de pronto me di cuenta que entre la maleza detrás del árbol estaba una pequeña y marchita anciana sollozando con una tristeza que rompía el corazón. Le di de beber algo de agua y un pañuelo para que se limpiara las lágrimas, y ella balbuceó algunas palabras en Quiche o Mam y señas que fue todo lo que pude entender, que los militares habían llegado y asesinado a todos los hombres del caserío, quemado todas las casas, y después de haber enterrado a todos los cuerpos en una fosa común, y llevarse a todas las mujeres y niños, arrasaron el caserío completamente.

La pequeña anciana no podía caminar más que unos cuantos pasos; entonces decidí caminar de regreso a Nebaj y le dejé a ella agua y unos panecillos, en el pueblo busqué al curandero local y le dije de la suerte de la pequeña anciana para que fueran por ella. Luego después me fui al hotelucho a descansar y a la media noche fui despertado por el hijo del curandero, quien me dijo que me fuera para Guate en el bus de las 5 a.m., pues los militares me estarían buscando.

Sucedió que la razón por la cual los militares habían asesinado a todos y arrasado con la aldea era porque ellos le habían dado refugio a un “subversivo”, i.e. Yo, un joven británico barbado estudiante de antropología, y el hecho de que había descubierto su crimen, me puso en peligro de también ser asesinado.

Puse pies en polvorosa, y salí de Guatemala varias semanas más tarde sin mencionarle a nadie esta tragedia, sintiéndome absolutamente fatal, y ahora 36 años más tarde, todavía me persiguen los cargos de consciencia. Me acabo de enterar que han logrado procesar  Ríos Montt, el cabecilla de una muy malvada pirámide militar.











Publicado por LaQnadlSol
CT., USA, Auff!

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