domingo, 24 de diciembre de 2017

Escritos de Manuel José Arce

De la serie “Nuestra Generación Madita"


ESCRITOS DE MANUEL JOSÉ ARCE


LABORATORIO  VERSUS  ARROZ  CON  TUNCO…

Una noticia internacional reciente me ha dejado con la cabeza dando más vueltas que un trompo: Inglaterra enfrenta una grave situación a causa del descenso de la población. No se fabrican más niños. Como consecuencia de ello, ha surgido una amplia variedad de problemas derivados: falta mano de obra, las jubilaciones deberán realizarse a edades mucho más avanzadas que antes, la pobreza no lleva visos de solucionarse.
               
Tan grave resulta el descenso de la población, que se ha pensado en medidas insólitas: imponer fuertes castigos a las parejas jóvenes que no tengan hijos y autorizar la producción de niños en probeta. (No son charadas mías).

Simpático el caso: en tanto, en la India se le paga a cada gente por cada hombre dispuesto a dejarse hacer la vasectomía que lleve ante las autoridades sanitarias. En tanto, en varios países del Tercer Mundo se ha denunciado la esterilización masiva de mujeres campesinas. En tanto, se nos sigue inculcando que la causa de nuestra miseria es nuestra fecundidad…!
               
Pero ¡en manos de qué clase de locos está el mundo!
               
Recuerdo que cuando yo vivía en Francia, Mon General De Gaulle, se había trazado una política de incremento de la población francesa. Para ello, no se vendía ni a palos las píldoras anticonceptivas, se debía asentar en el Registro Civil los embarazos a partir del tercer mes y se daba una pensión equivalente a Q.100.00 quetzales por cada hijo a los padres respectivos.
               
Claro, es mucho más fácil decirle a estos pobres países subdesarrollados que el planeta ya no aguanta con más habitantes, que los recursos de la naturaleza no alcanzan y todas esas paparruchas, antes que reconocer que el verdadero origen de la miseria es otro: la inhumana distribución del fruto del trabajo humano que hace que la riqueza se acumule en una sola clase, en unos países, mientras que el resto de naciones y de seres humanos producen y se mueren de hambre.
               
Y así, mientras unos enfrentan la posibilidad de fabricar nuevos ciudadanos en probetas de laboratorios, los demás ven restringido su derecho a fabricarlos según el delicioso y santo método natural.






Publicado por La Cuna del Sol
USA.

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